Un dicho popular establece que la forma más rápida y eficiente de conocer a una persona es viajando con ella. Tal vez sea exagerado, pero tiene cierto sentido.
Las vacaciones en pareja significan compartir espacio y tiempo durante las 24 horas del día, donde cada uno defenderá sus particularidades, sin oportunidad de disimular o maquillar la situación.
La convivencia, la planificación y desacuerdos económicos pueden llegar a complicar el vínculo y a generar una situación irremediable.
Cualidades como organización o desorganización, saber ceder o ser egoísta, ánimo o falta de ánimo, disposición o poca voluntad, buen humor o irritación e impaciencia, compañerismo o individualismo serán ejercitados, probados, observados y evaluados.
Muchas personas, en un intento por no cometer errores, evitan exponerse y terminan siendo demasiado pasivos. En resumen, no deciden nada, no eligen nada, aceptan cualquier opción y dejan que el otro ocupe todo el espacio. Si ese es tu caso, te puedo asegurar que esta técnica no funciona y está destinada a fracasar tarde o temprano.
Hacer un viaje en pareja suena como la mejor idea del mundo; una manera de afianzar la relación y generar un lazo irrompible. Sin embargo, hay varias formas en las que todo puede llegar a salir mal.
En este espacio sugerimos algunos tips esenciales para hacer exitoso tu primer viaje en pareja.
1. Conversen
Adónde irán, cómo se trasladarán y cuánto están dispuestos a gastar, parecerían ser los primeros temas a acordar. Tratá de hablar sobre los detalles. Planear un viaje es algo muy placentero, por lo tanto es el momento para combinar formas de hacer las cosas y hacer pequeños acuerdos para evitar diferencias más tarde.
2. Comunicación
Dejá de creer que el otro está obligado a saber qué estás pensando y sintiendo. Si algo te molesta, mirá a tu pareja a los ojos y contale con calma qué necesitás o qué te molesta.
No grites, no acuses, no te portes como una persona caprichosa que piensa que hay que hacer todo a su manera. Simplemente sé sincer@, clar@ y objetiv@. Pero también recordá que debés ser paciente y escuchar la opinión del otro sobre el asunto.
3. Respeta espacios
Tratá de ser higiénico y respetuoso. No dejes el piso todo mojado, no tires las toallas y dejalas extendidas. No las uses todas de forma indistinta. Respetar al otro en la intimidad es muy importante.
4. Organízate
Dejar todo tirado sobre la cama, el sillón o el piso, ocupar todo el estante del baño con tus cremas, peines, secador, maquillaje, entre otros, es una señal de que, aunque sea de forma inconsciente, no estás viendo al otro ni respetando su espacio.
5. Decidan juntos
No trates de imponer siempre tu voluntad insistiendo para que tus programas siempre sean prioritarios. Escuchá los pedidos del otro.
6. El compañerismo es fundamental
Poner mala cara mientras hacen un paseo que eligió el otro o decidir no acompañarlo porque no te gusta, son actitudes que pueden revelar tu egoísmo y tu falta de madurez. Cuidado con convertirte en una mala compañía.
7. De regreso a la realidad
Uno de los mayores riesgos se presenta no durante el viaje, sino a la vuelta. El viaje fue hermoso, lo disfrutaron y volvieron llenos de recuerdos. Pero tras el retorno, cuando se apaga la llama del viaje, vuelven a la rutina y a tareas que ya no les resultan tan necesarias o atractivas como antes. Empezamos a extrañar a la persona con la que nos fuimos de viaje, no a esta con la que ahora volvemos a compartir la vida.
Una compañía agradable durante un viaje significa que, muy probablemente, también serás una excelente compañía durante la vida.