Maletas en mano, un grupo de venecianos realizó hoy una manifestación para protestar contra las condiciones de vida de la ciudad y el progresivo degrado de la ciudad italiana, donde la población baja día a día desde hace años.
Muchos de los manifestantes, en total más de 500, tenían maletas verdaderas y otros en cambio valijas hechas en cartón: el objetivo fue denunciar el "éxodo" que se está produciendo en la ciudad por parte de sus residentes.
La iniciativa fue organizada por el sitio web Venessia.com, que desde hace tiempo lucha contra ese fenómeno y el empeoramiento del nivel de vida en la famosa ciudad de los canales italiana, donde sobre todo durante los fines de semana la presión de los turistas es insostenible.
Por estas razones, el grupo se dio cita en el Campo San Bortolomio y en el Rialto: precisamente en este último lugar los manifestantes colgaron un gran cartel con la frase #venexodus. También hubo otros mensajes escritos como "Yo resisto" y "No nos iremos".
De manera recurrente, y desde hace ya mucho tiempo, los venecianos protestan en particular contra el fenómeno llamado del "turismo excesivo".
Los datos económicos en este frente son impresionantes: en los últimos doce meses llegaron alrededor de 24 millones de personas, que entre restaurantes, hoteles, transporte y gastos en las tiendas dejaron en las arcas de la ciudad alrededor de 1.500 millones de euros.
La otra cara de la moneda de este ingreso de recursos es una ciudad exhausta ante semejante "invasión", hecho que genera todo tipo de reacciones. En el barrio del Castello aparecieron hace unos meses por ejemplo panfletos con un inscripción muy clara: "Tourists go away" (Turistas váyanse).
Muchos venecianos no pueden más de las oleadas de turistas que día tras día recorren las bellas pero abarrotadas calles y plazas de la que es una de las ciudades más visitadas del planeta.En los embarcaderos -desde donde parten o llegan los "vaporetti" (embarcaciones colectivas que actúan, de hecho, como autobuses)- a menudo hay discusiones y peleas entre los turistas y los residentes, que tienen prioridad para subir a bordo.
Lo que muchos venecianos quieren es la introducción de una suerte de "administración de los ingresos" a la ciudad a través del método de un eventual "número cerrado" de ingresos, o sea la prohibición de las llegadas cuando se supera un cierto número mínimo de visitantes.