A 400 kilómetros de Brasilia, en el centro-oeste del territorio y dentro de la llamada Ecorregión del Cerrado (que podemos traducir como “espesura”), Terra Ronca es un destino donde la aventura se mezcla con la fauna y la flora del lugar con un contacto diferente.
Con aproximadamente 800 cuevas dentro de un radio de 40 kilómetros, la región del parque Estatal de Terra Ronca es el hogar de uno de los conjuntos espeleológicos más importantes de América del Sur. La región es uno de los mayores conglomerados de cuevas y grutas. Colinas, cerros, aguas cristalinas y cascadas son otros elementos que componen la visual de esta región tan particular.
Este singular sitio atrae a estudiosos, turistas, aventureros y curiosos de todo el mundo. Hay más de 300 cuevas mapeadas, pero sólo 49 abiertas para visitas. Hay atracciones que requieren un alto nivel técnico, que sólo son exploradas por espeleólogos experimentados y bien equipados.
Hace miles de años, un deslizamiento de tierra provocó la división del sitio en dos partes. La primera es la que se puede visitar con facilidad, mientras que la segunda zona es la que requiere un guía turístico. Se llama Terra Ronca II o Malhada, también de proporciones gigantescas.
Creado en julio de 1989, el parque tiene 57 hectáreas. En general, las cuevas de piedra caliza con formaciones raras están todavía bien conservadas gracias al cuidado de los guías que trabajan en la región y por la mayoría de los nativos que luchan por mantener el espectáculo de la naturaleza subterránea.
En el sitio oficial del Parque se promociona el lugar diciendo: “Solo es necesario traer espíritu de aventura, repelente para los mosquitos, protector solar y la cámara de fotos.”
Este lugar, que contrasta con las atracciones tradicionales de Brasil y se extiende entre las ciudades de Santo Domingo y Guaraní, posee cuevas formadas hace más de 620 millones de años que guardan ese tiempo retratado en los pliegues y vueltas de su superficie rocosa, decorada con un sinnúmero de estalactitas y estalagmitas.
Hace miles de años, un deslizamiento de tierra provocó su división en dos partes. La primera se puede visitar con facilidad, pero la segunda parte requiere un guía turístico. Se llama Terra Ronca II o Malhada, también de proporciones gigantescas. Tiene dos claraboyas, uno de ellos llamado Araras y una gran galería llamada Sala de los amantes decorada con estalactitas y estalagmitas ricos y enormes dunas de arena atravesadas por el río subterráneo de Lapa.
Dentro del grupo de cuevas, la más destacada es Caverna Angélica, de 14 kilómetros y una de las más extensas del Brasil; exhibe esculturas naturales formadas por grandes estalactitas y estalagmitas; asimismo, el Complejo São Mateus, es uno de los conglomerados cavernosos más grandes de Latinoamérica.
Una recomendación para los que deseen alojarse allí es que hagan las reservas por mail o teléfono, ya que los sitios de reservas aún no funcionan con los hospedajes de esta zona.