Catania es la segunda ciudad de Sicilia después de Palermo. Esta bella ciudad, bajo la atenta mirada del Volcán Etna, ha adaptado su figura a los sucesivos desastres naturales que han moldeado la arquitectura de la ciudad.
El Etna, dominando a Catania desde lo alto, dibuja el perfil del paisaje, le ofrece su tierra para recoger los frutos y le recuerda su potencia incesante:
Hay un vínculo indisoluble entre el Etna y Catania
Catania se encuentra extendida en una cuna verde, con grandes plazas y anchas calles, con su arquitectura en piedra de lava, con un patrimonio histórico-artístico que, unido a su gente maravillosa, hace que esta ciudad sea especial para sus visitantes.
El Etna, patrimonio Unesco desde 2013, es su emblema. Alto, majestuoso, silencioso, con la cima cortada por la gran boca de fuego, domina el paisaje entero con su fuerza
Jardines de cítricos y anchos viñedos, interrumpen con sus alegres colores el gris de la tierra de lava, oscura pero fértil. Llegando a la cima, quedarás hechizado por la extraordinaria vista que llega hasta donde alcance tu mirada.
La tonalidad de azules y sus matices cobalto y turquesa impregnan el mar de Catania, la otra fuerza de esta tierra.
Playas de guijarros, pequeñas bahías alternadas con zonas oscuras de rocas de la erupción, costas empinadas sobre el mar, farallones majestuosos, largas costas doradas: un paisaje que regala sensaciones diferentes.
Pero a cualquier sitio que se elija ir, una sensación quedará inalterada: la que suscita la belleza límpida del mar.