Si visitas Zaragoza, notarás un patrón que se repite: es raro ver un coche, un casco, un carrito de bebé o una mochila que no lleve colgando la Cinta de la Medida de la Virgen del Pilar. Es una tradición y, además, uno de los regalos y recuerdos más comunes que se llevan a casa los visitantes de la ciudad aragonesa. Te contamos cuál es su significado y el origen de este pequeño gran obsequio que gana visibilidad cada 12 de octubre, Día de la Hispanidad.
“¡Viva la Virgen del Pilar!” es la frase más repetida en octubre en las calles y plazas de Zaragoza. Es que el 12 de octubre la ciudad celebra la fiesta de su patrona y todos los visitantes vuelven a casa con un recuerdo obligado: la Medida de la Virgen del Pilar.
Pilarica, ¿cuánto mides?
La Medida de la Virgen del Pilar, anudada por doquier, se ha convertido en icono de la ciudad, en un detalle para regalar, para recordar o para rezar. Es el mejor recuerdo que te puedes llevar de Zaragoza y mide 36,5 centímetros, ni uno más… ni uno menos. ¿Por qué? Es la longitud de la talla de la Virgen del Pilar.
Por cierto, no intentes conseguirlas en ningún otro lugar, porque solo se encuentran junto a la Pilarica.
Medida de la Virgen del Pilar: significado
La Virgen del Pilar es la patrona de Aragón. El día 12 de octubre Zaragoza celebra su Ofrenda de Flores. Por lo general, las fiestas del Pilar de Zaragoza comienzan el sábado anterior al día 12 y terminan el domingo posterior.
La cinta consiste en un trozo de seda de 40 x 2,5 centímetros, equivalente a la altura de la Virgen de 36,5 centímetros, en la que está impreso un dibujo geométrico con el siguiente texto grabado: «Medida de Nuestra Señora del Pilar».
Están disponibles en 12 colores: Bandera de Aragón, Bandera de España, Azul Claro, Azul Oscuro, Rosa, Fucsia, Verde, Amarillo, Rojo, Morado, Naranja y Blanca. Los colores no tienen un significado en particular, sino que son diversos para satisfacer así las preferencias de todos los fieles a la Virgen del Pilar.
Origen de la Medida de la Virgen del Pilar
Su origen se remonta hasta el s. XVII. En esa época existía la tradición de ceder los mantos de la Virgen del Pilar a los enfermos que lo solicitaban para quedar así “bajo la protección de la Santísima Virgen”. Es que los mantos no cumplían solamente la misión de adornar la columna, sino que también se facilitaban a los enfermos por el tiempo que duraba su dolencia. De esa manera, se esperaba que el enfermo viviera de forma positiva su proceso de recuperación.
Las Cintas de la Medida de la Virgen tienen su origen en el siglo XVII, cuando los mantos de la Virgen se prestaban a los enfermos. Ante la dificultad de enviarlos fuera de la ciudad, surgieron las cintas, símbolo del manto de la Virgen y cuya protección hoy abarca a todo aquel que quiera llevarlas consigo.
Con el tiempo, la dificultad de enviar estos mantos a las personas que residían fuera de Zaragoza, unido a la gran demanda de los mismos, se empezaron a fabricar cintas de tela o de papel con las medidas de la talla de la Virgen del Pilar.
A mediados del siglo pasado, se amplió el «ámbito de protección» de estas cintas, ya no están solo destinadas a la protección de enfermos como en sus orígenes, sino que, además, es un vínculo de unión con la Virgen para los zaragozanos que residen fuera de la ciudad. Además, es un recuerdo de la visita a la Basílica del Pilar y protege a los viajeros en sus desplazamientos.
Hoy en día, las Medidas de la Virgen, en diez colores y dos con la bandera española y de Aragón, se ofrecen a devotos y peregrinos que visitan la Basílica del Pilar. Las cintas se dejan una noche apoyadas en la imagen de la Virgen del Pilar y se las bendice, se dice que son pequeños mantos para el que los quiera llevar cerca. Así continúa esta secular y sentida tradición.
Qué hacer en Zaragoza
Hay muchísimo que ver en Zaragoza. Tanto que es un destino que requiere de al menos dos días para ser conocido. Además de los encantos urbanos, los alrededores también valen mucho la pena.
- No te pierdas de andar por el Paseo Echegaray y Caballero (que discurre por la orilla del Ebro), disfrutando de las vistas del río hasta llegar al Casco Antiguo, que delatarán las murallas romanas.
- Te encontrarás con la Fuente de la Hispanidad y la Bola del Mundo: la catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar, cuya fachada reflejada en el agua ofrece una estampa impagable. Este templo de estilo barroco está considerado como uno de los 12 Tesoros de España desde 2007 y recibe cientos de visitas a diario. La entrada es gratuita, y entre sus muros podremos ver desde frescos de Goya (Cúpula Regina Martirum) hasta el Retablo de la Asunción de Damián Forment, con su órgano medieval y, claro está, la Virgen del Pilar o “Pilarica”, que celebra sus fiestas cada semana del 12 de octubre para que ardan enteras las calles de Zaragoza.
Zaragoza será 100% 'carbon free' en 2030. La apuesta verde de la capital aragonesa es ambiciosa: quiere ser una de las 100 ciudades europeas más sostenibles para ese año. ¿Su objetivo? Absorber tanto CO2 como emite, para lo que está en vías de reducir las emisiones y contar con masa arbórea suficiente para absorberlas.
- Un buen lugar para fotografiar la catedral es el Puente de Piedra, que cruza el Ebro hacia el barrio del Arrabal. De regreso al Casco Antiguo, toca perderse por sus calles e ir descubriendo sus museos (Museo del Puerto Fluvial de Caesaraugusta, Museo de las Termas Públicas, Museo de los Faroles…) y sus plazas (San Bruno, Santa Marta…), que son muchas alrededor de la Catedral del Salvador.
- Bordeando la Catedral te toparás con el Arco del Deán, cuyas callejuelas son ideales para tomar la primera caña o disfrutar unas ricas tapas.
- No te vayas sin recorrer la Calle Alfonso I y mirarla hacia la Calle Coso. Esa imagen quedó inmortalizada en la psicodélica portada de El espíritu del vino, de la banda Héroes del Silencio, uno de los grupos más internacionales que ha dado nuestro país y que consiguió poner a Zaragoza en el mapa.
- Visita el barrio de Casablanca, caminando hasta el Canal Imperial de Aragón. Y descansa en el Parque Grande José Antonio Labordeta, situado frente al Estadio de La Romadera. Es uno de los pulmones de la ciudad, con una gran extensión verde delimitada por el Río Huerva y el Paseo Colón. Puedes disfrutar una tarde hermosa paseando por avenidas ajardinadas, sus monumentos, su museo etnológico y su jardín botánico, especializado en plantas autóctonas.
- No te pierdas el Parque del Agua Luis Buñuel, ubicado junto al río Ebro, en el barrio Actur. El acceso es gratuito y es la zona verde más grande de la ciudad. Tiene varios jardines botánicos, un tren turístico y hermosas playas fluviales.
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