Luego de meses de trabajar arduamente, lo que más queremos son vacaciones. Pero es probable que algunos caigan en cama o se agarren un resfriado o un malestar estomacal justo antes de empezar a disfrutar de su tiempo libre. Son frecuentes los dolores de cabeza, las contracturas y hasta fiebre. si te preguntas por qué enfermamos al empezar las vacaciones deberías conocer la llamada ‘enfermedad del ocio’.
Esta afección ha sido estudiada por científicos y, si bien no es un diagnóstico como tal, la psicología tiene una explicación para estos síntomas.
Por qué nos enfermamos al empezar las vacaciones: las causas
Los especialistas en temas de salud hablan de la enfermedad del ocio con mucha frecuencia. Según Eva María Esparza Meza, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta afección se asocia a individuos obsesivos y perfeccionistas. Aquellas personas adictas al control y a las responsabilidades tienen inconvenientes con el descanso.
Esta enfermedad, por ende, está atribuida a los rasgos de la personalidad de un individuo. Las personas con estas características requieren de estructuras y del control de sus acciones. Por esto, los días espontáneos, sin planes, pueden afectarlos y consideran las vacaciones como tiempo perdido.
“Hay gente a la que le angustia el tiempo libre e incluso se ve imposibilitada para planear actividades; el simple hecho de pensar en el ocio genera angustia, trastornos del sueño, enojo o depresión, que se reflejan en síntomas psicosomáticos como vómito, fiebre, diarrea o gripe”, dijo la especialista.
Esto le ocurre, incluso, a los jubilados. Cuando llega la hora de retirarse, las personas se encuentran con un estilo de vida totalmente distinto; sin responsabilidades, horarios o estructuras. Consecuentemente, muchos se enferman o adquieren comportamientos adictivos.
De hecho, trabajar eleva la autoestima de estas personas, en especial para quienes ocupan cargos importantes. Esto podría, incluso, protegerlos contra enfermedades, ya que, al estar tan obsesionados con el trabajo, el cerebro ignora las señales del cuerpo. Solo cuando descansan, su cerebro empieza a interpretar síntomas.
Otra de las causas de la enfermedad del ocio está relacionada con los cambios de hábitos durante las vacaciones. Esto conlleva estrés y ansiedad, lo que afecta el sistema inmunológico. Según los estudios del psicólogo holandés Ad Vingerhoets, las personas con estrés crónico pierden la habilidad de adaptarse a los cambios. Por ende, se produce un desequilibrio de adrenalina en el cuerpo, lo que afecta el sistema inmune.
Las vacaciones, además, son un momento de encuentro con uno mismo. Confrontar su individualidad y pasar tiempo con amigos y familia también puede resultar estresante para algunas personas. Mientras que el trabajo les permite dejar de lado las relaciones afectivas.
Cómo prevenir la enfermedad del ocio
Para evitar estresarse por las vacaciones, es conveniente establecer un balance entre el trabajo y las actividades de ocio. Pasar más tiempo en familia o amigos, salir, hacer deporte o adquirir un hobby. Es importante desconectarse gradualmente del trabajo para empezar a disfrutar del tiempo libre y hacer de él una fuente de satisfacción. Darle a nuestro cerebro un descanso es beneficioso para la salud.
Asimismo, hay que evitar llevarse trabajo a las vacaciones o los fines de semana. Y, mientras estés de vacaciones, procura cuidar la dieta, beber agua y hacer actividad física. Alimentarse correctamente y dormir un promedio de ocho horas puede fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la digestión.
El té de ginseng y la vitamina C, presente en los cítricos, ayudan a reducir el estrés y mejorar los resfriados. La vitamina D que aporta el sol también ayuda a mejorar las defensas.
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