El 2020 arrancó con una noticia de tuvo una fuerte repercusión en Argentina y, sobre todo, en las ciudades de su costa atlántica: un informe de geólogos del Conicet, recientemente difundido, asegura que se podría producir un tsunami en Tierra del Fuego y Santa Cruz, con lo cual los científicos de la ciudad de Mar del Plata salieron a aclarar si es posible que también afecte a la famosa ciudad balnearia.
Según los expertos, las posibilidades de que ocurra este desastre natural sobre las cosas marplatenses son bajas pero posibles. Y explicaron: en Mar del Plata, las olas son siempre de mayor tamaño a las que bañan las costas de la ciudades balnearias que la rodean, como Villa Gesell o Necochea. Esto se debe a que la plataforma continental es más angosta, con menos fricción, y cada ola mantiene mayor energía.
La pregunta fue si ésto puede ocasionar que las playas de La Feliz padezcan en el futuro el catastrófico efecto de un tsunami, con lo cual el CONICET de Mar del Plata publicó en su página web un informe para tranquilizar a la comunidad, sobre todo después de las fuertes tormentas que se vivieron los últimos días en la ciudad.
Federico Isla, investigador superior del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC- CONICET, UNMDP), explicó que la probabilidad de que exista un tsunami en nuestras costas es baja y no se podría predecir. Y aclaró que, "en el caso de que sucediesen, la magnitud del hecho sería mucho menor a los que conocieron en la costa Pacífica de Sudamérica".
El experto señaló que en las costas bonaerenses suceden otros fenómenos que generan más preocupación que los tsunamis, que son las sudestadas. Este fenómeno meteorológico es mucho más frecuente, causa daño más frecuentemente y sí existen elementos que permiten anticipar su llegada, como así también medidas para disminuir sus efectos.
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¿El "tsunami" de 1954? El susto de tres olas históricas
Existen registros en Mar del Plata que dan cuenta de la existencia de una ola muy grande, que conmocionó a los bañistas que se encontraban en las playas el 21 de enero de 1954.
En un lapso de pocos minutos, el agua subió su nivel más de un metro, producto de tres olas consecutivas que cubrieron completamente el Muelle de los Pescadores y barrió con todos los bañistas del sector de playa. Once personas tuvieron que ser asistidas por asfixia y más de un centenar por contusiones, pero sin víctimas fatales. Pasados seis minutos, la situación volvió a la normalidad.
Existen diversas hipótesis para explicar el fenómeno sucedido hace más de 60 años. Según el investigador marplatense, las olas pudieron haber sido provocadas por erupciones volcánicas submarinas o por el deslizamiento al fondo de grandes masas de Tierra, que podría haber ocurrido en la isla Bouvet, en el Atlántico Sur.
Según fotografías aéreas, esta área cambió de forma por actividad volcánica, en una fecha cercana a este oleaje inusual. Ese fenómeno coincidió con el único ataque de un tiburón de envergadura en la playa de Miramar.
Según otros investigadores, el fenómeno se debió a cambios en la presión atmosférica, que generaron una actividad marina inusual.
Ambas explicaciones lo convierten en un evento aislado y con poca probabilidad de repetirse. Por lo tanto, Mar del Plata parece a salvo de estos eventos, al menos con la frecuencia que ocurren en otros océanos.
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