Siguiendo el ejemplo de Suecia, que ha cerrado cuatro cárceles por falta de presos, los países bajos cerraron 19. La especulación comenzó en 2009, cuando el Ministro de Justicia anunció que probablemente iba a cerrar ocho prisiones debido a la disminución de delitos en el país.
La predicción se hizo realidad: además de la reducción de la delincuencia, el monitoreo electrónico se implementó para infracciones menores, para que la persona puede permanecer activa, contribuyendo al crecimiento del país.
La proporción es 163 presos por cada 100 mil habitantes. En el lado contrario, por ejemplo Brasil, la tasa es de 299,7 cada 100 mil. La medida será un gran ahorro para el gobierno, ya que en España, por ejemplo, cada interno cuesta unos 2000 euros al mes. Y en Argentina unos 15 mil pesos, o más.
Para ser capaces de seguir el ejemplo de los dos países, el resto tendría que seguir el mismo modelo de rehabilitación para quienes cometieron delitos. Guerra continua contra las drogas y tratar el tema como un problema de salud pública también sería un buen comienzo.