Te mostramos estas magníficas aldeas de montaña de los Estados Unidos, especiales para andar en bicicleta (sin ningún orden en particular) que ofrecen una gran variedad de recorridos y lugares de paseos, nuevos desarrollos de senderos especiales para bicicletas, una variedad de actividades al aire libre, y un ambiente amigable para los ciclistas.
1) Moab, Utah
Es casi imposible pasar de largo por Moab. Su paisaje rojizo de rocas es realmente único en la Tierra y la mejor manera de apreciarlo es recorriéndolo en bicicleta. Senderos famosos como Porcupine Rim, Slickrock, pueden ser el centro de atención, pero son los recorridos más nuevos y menos conocidos de la zona los que hacen que sea imperdible un viaje a Moab, casi un peregrinaje obligatorio para cualquier ciclista de montaña.
Moab es la puerta de entrada a Arches y a los Parques Nacionales de los Cañones, con un espectacular tramo del río Colorado atravezandolo. Quienes se atrevan también pueden hacer una escalada en la mundialmente famosa Indian Creek.
2) Crested Butte, Colorado
Este lugar tiene una importante cultura de ciclismo y atrae a corredores de todo el mundo. Su historia en la bicicleta de montaña se remonta a la infancia de este deporte (mediados de 1970), cuando los intrépidos abordaron Perla Pass con sus bicis para descubrir los mejores lugares donde poder andar.
Con más de 1000 kilometros de serpenteantes senderos a través de flores silvestres y con numerosos y escarpados paseos “fuera de pista” que permiten descensos de 3.000 metros los alrededores del pueblo están listos para recibir a los deportistas. El Bike Park Evolution en Crested Butte Mountain Resort incluye también más de 50 kilometros de pistas de esquí alpino y de fondo. Para agregarle valor a un viaje a la pequeña ciudad de Crested Butte vale agregar que es un pueblo encantador (coloridos victorianos y calles laterales de tierra) y lleno de deliciosos restaurantes y bares nocturnos.
3) Park City, Utah
La Asociación Internacional de las Ciclismo de Montaña hace un reconocimiento especial a algunos centros especializados en turismo para ciclistas cuando tienen ofertas especiales para cada tipo de ciclista que llega al lugar, desde los principiantes hasta los más avezados y arriesgados. De los 27 centros reconocidos por esta Asociación que hay en el mundo, el único que ha recibido la mención de “Nivel de Oro” fue el pueblo de Park City.
Más allá de la gran cantidad de senderos-unos 650 kilometros- Park City ha logrado vincular a todos (que abarcan tres estaciones de esquí) en una red altamente funcional y fácil de usar por los ciclistas.
Las opciones de recorrido son muy variadas e incluyen largos recorrido planos, terreno ondulado intermedios y pistas de escalada alpinas con ascensos difíciles y emocionantes descensos. Incluso hay largas giras de media montaña y todos ofrecen elevación asistida, lo que hace que el acceso a los senderos alpinos más altos sea aún más fácil.
Además, la ciudad de Park City cuenta con un centenar de bares y restaurantes, alojamiento asequible (para una ciudad de esquí), un montón de actividades para chicos y eventos culturales.
4) Sun Valley, Idaho
Con más de 600 kilometros de senderos naturales (incluyendo pistas de descenso ), 50 kilometros de senderos para bicicletas pavimentados y espectaculares vistas alpinas, Sun Valley es realmente uno de los grandes destinos para los ciclistas.
Generalmente, los senderos dentro de un radio de cinco kilómetros alrededor de la ciudad son suaves y rápidos. A medida que uno se aventura más allá, el terreno se vuelve más rocoso y va tomando características del ciclismo subalpino primero y luego alpino, pero en su mayor parte, las curvas que suben son manejables y los largos descensos hacen que todo valga la pena.
5) East Burke, Vermont
East Burke no es sólo el mejor destino de bicicleta de montaña en Nueva Inglaterra, es uno de los mejores lugares para andar en todos los Estados Unidos. Los lectores de la revista Bike eligieron a este lugar como el que posee la mejor red de senderos de bicicletas de montaña en el país.
Los senderos forman una red de más de cien millas de bien diseñados recorridos de usos múltiples. Todos los paseos tienen vistas privilegiadas mientras atraviezan los bosques de abeto cubiertos de musgo que van siguiendo las suaves ondulaciones naturales del terreno.
6) Durango, Colorado
Situado en el suroeste de Colorado, rodeado por enormes montañas y amplios desiertos, Durango goza de un clima casi perfecto y una prolongada temporada de ciclismo de montaña. Con una amplia variedad de senderos, de fácil acceso y una profusa historia en la formación de los ciclistas de élite, Durango es un placentero y adrenalínico semillero de ciclistas de montaña.
7) Harrisborough, Virgina
Esta pequeña ciudad universitaria ubicada en el pintoresco valle de Shenandoah de Virginia, Harrisonburg está disfrutando de un auge del ciclismo de montaña que está impulsando a la ciudad a destacarse como un ejemplo de cooperación productiva. La mayoría de los lugareños colaboran con el mantenimiento de los senderos y muchos de los eventos subterráneos requieren días que ellos mismos colaboren voluntariamente con su trabajo.
La Asociación Internacional de Ciclismo de Montaña (IMBA) designó el área como un centro de “nivel de bronce” por su filosofía de trabajo colectivo, por sus conceptos de ruta progresiva y por la red de senderos también preparada para albergar a todos, desde los principiantes a los experimentados.
Alrededor de 300 kilometros de senderos tejen esta red alrededor de la ciudad y el Bosque Nacional George Washington. Los novatos pueden comenzar en los circuitos verdes en Hillandale Park y luego ir hasta senderos intermedio y avanzado.
Por otro lado los senderos de travesía de Harrisonburg son disfrutado por los pilotos aventureros que quieren enfrentarse a un reto apasionante.
8) Downieville, California
Enclavado en las estribaciones de las colinas Sierra, en la confluencia de North Yuba y el río Downie, el pequeño pueblo de Downieville se basa en el turismo de montaña para mantenerse vivo. Menos de 350 personas residen en lo que fue la ciudad quinto más grande de California durante la fiebre del oro del estado, y los senderos construidos por los buscadores ahora atraen a los ciclistas de montaña en busca de adrenalina.