El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires reabrió al público el espacio de la Plaza de Mayo tras seis meses de refacción. La obra costó casi 44 millones de pesos y amplió la superficie del espacio público en casi 7.200 metros cuadrados más, ya que pasó de 19.343 a 23.665 y ganó carriles a las calles laterales.
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Asimismo sumó espacio verde e iluminación y también se restauró la Pirámide de Mayo. El ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, manifestó que con esta obra se ampliaron las superficies de encuentro y se incrementó el espacio de veredas y senderos peatonales. Con la obra se ganaron dos carriles vehiculares de cada lado de la avenida Hipólito Yrigoyen y avenida Rivadavia, según consignó el diario La Nación.
Hay una foto que no se verá más a partir de la renovación: la de los soldados que reclamaban ser reconocidos como veteranos de Malvinas y acampaban desde hacía 10 años en la plaza. Junto a su carpa, en un cantero, habían puesto cruces blancas, que simulan las del cementerio de Darwin, en las islas. Según el Ministerio, luego de una negociación, acordaron retirarse y no volver.
La Pirámide de Mayo fue recuperada por un equipo de arquitectos y restauradores, los más destacados del país, que le devolvieron al monumento el mismo aspecto que tenía 105 años atrás. Fue un trabajo de detalle ya que la superficie de la Pirámide fue pelada con bisturies.