5 ciudades para enamorarse del Mediterráneo

Desde Nápoles hasta Cartagena, puertos históricos y perfectos para respirar, contemplar, disfrutar y fotografiar el “Mare nostrum”. Lugares del Mediterráneo para enamorar.

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Actualizado: 8 de mayo de 2025

El mar Mediterráneo ha sido, desde tiempos inmemoriales, cuna de civilizaciones, puente entre continentes y fuente inagotable de inspiración para viajeros, artistas y soñadores. Sus costas albergan ciudades vibrantes, cargadas de historia, cultura y belleza, donde la vida transcurre al ritmo de la brisa marina y el sol generoso. En esta nota, te invitamos a descubrir cinco ciudades emblemáticas para enamorarse del Mediterráneo, cada una con su propio encanto y legado, seleccionadas por la publicación Lonely Planet.

5 joyas del Mediterráneo que deberías visitar en tu próximo viaje

Compartimos esta magnífica selección de 5 ciudades representativas, cada una a su manera, de la vida en contacto con la belleza y la majestuosidad del Mar Mediterraneo, a los pies de Europa.

Nápoles, asomada a la bahía

    Nápoles es la esencia del sur de Italia: intensa, artística y con una historia que se respira en cada rincón. Su 'Centro Storico', patrimonio mundial, está repleto de claustros, capillas y los tradicionales 'pizzaioli', creadores de la pizza más famosa del mundo. Las vistas al golfo, el Vesubio de fondo y la proximidad a los yacimientos de Herculano y Pompeya hacen de Nápoles una escala imprescindible para comprender el espíritu mediterráneo. Sus calles frenéticas, mercados y la calidez de su gente convierten cada visita en una experiencia inolvidable

    Napoles
    El sur de Italia en estado puro. Nápoles es la tercera ciudad más grande del país y una de las más antiguas y artísticas.

    El 'Centro Storico', corazón napolitano, es patrimonio mundial con sus claustros, capillas secretas y 'pizzaioli' (fabricantes de pizza). Si a esto añadimos la comida, el paisaje volcánico circundante y las vistas al Golfo de Nápoles, tenemos una escala imprescindible para comprender qué representa el espíritu mediterráneo.

    Hay que recorrer las frenéticas calles del distrito Mercato, mezcla desordenada de hoteles baratos, tiendas de especias y puestos callejeros, como los del Mercato di Porta Nolana. Y en el Golfo, dos yacimientos imprescindibles, Herculano y Pompeya, más unas vistas impresionantes al Mediterráneo, con el Vesubio elevándose majestuoso.

    Siracusa, la bella 

      Fundada en el 734 a.C., Siracusa fue durante siglos rival de Atenas en poder y prestigio. Aquí nacieron figuras como Arquímedes y Platón, y aún hoy su antiguo barrio isleño de Ortigia conserva el encanto de sus estrechas calles y plazas de mármol.

      Pasear por la Piazza del Duomo al atardecer o asistir a una tragedia griega en su teatro antiguo son experiencias que conectan al viajero con la grandeza de la historia mediterránea

      ciudades mas bellas del mediterraneo

      Entre las ciudades sicilianas hay puertos más famosos que Siracusa (Palermo, Mesina…), pero este ya era uno de los más activos en tiempos de los griegos. Fundada en el año 734 antes de Cristo,

      La zona moderna es bastante gris, pero basta con cruzar el puente hacia el antiguo barrio isleño de Ortiga (en la imagen) y sus estrechas calles, como Via Maestranza o Via della Giudecca, para comprobar su encanto, como paseando por el marmóreo pavimento de la Piazza del Duomo al atardecer. Si viajamos durante el festival de teatro podremos asistir a una tragedia griega clásica en uno de los teatros más grandes y antiguos del Mediterráneo.

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      Ajaccio, la ciudad de Napoleón

        En la isla francesa de Córcega, Ajaccio destaca por su bahía, su ambiente portuario y su legado napoleónico. La ciudad, con sus edificios color pastel y terrazas de cafés, evoca la Costa Azul y es famosa por ser el lugar de nacimiento de Napoleón Bonaparte.

        El Musée Fesch alberga la mayor colección francesa de pintura italiana fuera del Louvre, y los senderos costeros ofrecen vistas espectaculares de las Îles Sanguinaires, formaciones rocosas de intenso color rojizo que emergen del mar.

        ajaccio
        Ajaccio debe su fama a Napoleón Bonaparte, nacido allí en 1769.

        Con sus edificios en colores suaves y las terrazas de los cafés la ciudad más grande de Córcega recuerda a la Costa Azul. Además de la casa natal de Napoleón, destaca el Musée Fesch, la colección francesa de pintura italiana más grande fuera del Louvre. En el golfo de Ajaccio conviene pasear por los senderos que bordean el promontorio para conseguir la magnífica perspectiva de las cuatro Îles Sanguinaires (islas sanguinarias, en la foto), así llamadas por su peculiar roca rojiza.

        La Valeta, fortaleza de caballeros

          la valeta

          Más pequeña que Sicilia y Córcega, Malta está en el corazón (geográfico y sentimental) del Mediterráneo. Calas secretas de aguas transparentes y puertos deportivos; sol casi todo el año; enclaves increíbles para bucear; iglesias de todos los estilos; buena cocina que mezcla sabores italianos y de Oriente Medio, e historia, mucha historia. La Valeta, la diminuta capital (en la foto), es una fortaleza construida por los Caballeros de San Juan que aún conserva la elegancia del siglo XVI.

          La Puerta de la Ciudad, el Edificio del Parlamento y la Casa de la Poera, diseñados por Renzo Piano, han cambiado el paisaje urbano y le han dado nueva vida, especialmente el próximo año, cuando ejerza de Capital Europea de la Cultura 2018.

          Cartagena, renovada y luminosa

            Con casi 3.000 años de historia, Cartagena (España) ha sabido recuperar su pasado milenario y abrirlo al mundo. Su teatro romano, murallas y templos conviven con un puerto deportivo animado y un centro peatonal lleno de vida. Desde el Castillo de la Concepción se contempla uno de los puertos naturales más espectaculares del Mediterráneo, testigo de la evolución de la ciudad desde la antigüedad hasta su vibrante presente

            cartagena
            Un teatro, casas y templos romanos abiertos al público se destacan en el centro de la ciudad de Cartagena, ahora peatonalizado.

            Estas cinco ciudades son solo una muestra de la diversidad y el magnetismo del Mediterráneo. Cada una invita a perderse en sus calles, saborear su gastronomía y dejarse envolver por su historia. Viajar por el Mediterráneo es sumergirse en un mosaico de culturas, paisajes y emociones que enamoran a todo aquel que se deja conquistar por su magia. ¿Listo para descubrirlas?

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